martes, 28 de mayo de 2013

Certezas y premoniciones 2.0

En el principio existía el caos. El siguiente paso fue la organización de los elementos. Los universos de Daniel Evo son estructuras y fragmentos de un pensamiento que se fragua entre lo orgánico y lo sensorial remitiendo al despertar del sueño y los recuerdos de las diferentes etapas de la vida. Podría ser que recuerdes y revivas el festival: los sonidos como ondas espirales que se transmiten a través de pantallas y bocinas, el baile y la excitación en el movimiento, el bosque inhabitado al cual acudir y reunirse afectuosamente. 

En una época en la que la sistematicidad es la forma imperante de operar, surgen dislocaciones que remiten a la búsqueda por lo sagrado, lo místico y el verdadero fluir de los acontecimientos. De esta manera, John Cage aseveró que el I-Ching estaba encantado de que lo hubieran adaptado a la computadora, pues las ventajas se acumulan, pero aconsejó también el ser modesto y recurrir a la sabiduría antigua. Al igual que John Cage, Daniel Evo está en una búsqueda continua de la mediación entre los conocimientos primigenios y los poderes de la tecnología de nuestro tiempo.   

En sus obras encontramos el valor de la técnica tradicional y artesanal entretejido con las posibilidades discursivas de los nuevos medios. De esta manera, las moléculas o las explosiones matéricas de la galaxia se representan a través de figuras yuxtapuestas y fragmentadas, de cortes rectos, en los que el referente de la máquina y de un todo organizado por diferentes subórganos, es decodificado.  

Daniel Evo se asume como un nómada de neo-tribus con sus propias necesidades, la cuestión reside en ser libre en relación con la propia voluntad. En ocaocasiones podemos apreciar en sus obras la inocencia de la niñez mezclada con el conocimiento del mundo adulto. Las casas, los edificios, los parques, los colores neón en composiciones estridentes y azarosas, forman parte de una locura consciente de sus contradicciones. 

Cuanto más se descubre que los ruidos del mundo exterior son musicales, más música existe. La cuarta dimensión es el tiempo y en él la música y el cuerpo buscan su acomodo en el espacio. A través de los movimientos intempestivos de la danza butoh y del ensamble de experimentación sonora Hawaiian Terror Ganjah, las emanaciones de energía brotan más allá de lo sellado y limitado y así se cierra la elipse de interdisciplinariedad que Daniel Evo construye. 

Los conceptos pueden ser universales, las percepciones son subjetivas. La velocidad, además de ser una fórmula matemática (d/t) es una apreciación psicológica en la que el sujeto se explora, difiere, avanza, emerge, regresa. Lo retrospectivo es iniciación también. 


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